Las personas que procrastinan generalmente posponen las tareas hasta que se alcanza la fecha límite y la finalización no ocurre en absoluto o solo bajo mucha presión.
En el ámbito laboral, el fenómeno suele darse en personas que trabajan de forma independiente, por ejemplo en jornadas flexibles.
Pero incluso en la vida cotidiana, la procrastinación puede ocurrir cuando está pendiente una llamada telefónica desagradable, una montaña de ropa para lavar o una cita de control con el médico.
Rápidamente pierde la noción de sus tareas y, en el peor de los casos, pierde una cita importante. Peor, sin embargo, es el estrés mental, que aumenta todo el tiempo.
Cómo usar la regla de los 3 minutos
La idea detrás de la regla de los 3 minutos es no dejar que la montaña de tareas surja en absoluto. Esto funciona si realiza todas las tareas que no toman más de tres minutos tan pronto como aparecen.
Así que antes de levantarte por la mañana y enojarte porque la cama no está hecha por la noche: hazlo tan pronto como te levantes. Pero también puede recibir llamadas telefónicas o correos electrónicos en tres minutos.
Gracias a esta regla, no tienes que preocuparte por acciones simples y puedes priorizar las cosas más importantes.
Anota las tareas difíciles
Puede poner tareas que toman más de tres minutos en una lista de tareas pendientes. Así es como haces un seguimiento. Incluso si una tarea lleva más de unos minutos, puede cancelarla y ponerla en la lista.
Es importante que no te presiones si no completas todas las tareas en un día.
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